About the series
Artist and human rights activist Marcelo Brodsky works with images and documents of specific events to investigate broader social, political, and historical issues. To make the chosen moments and their consequences more accessible to broad audiences he approaches the photographic medium in varied ways. His work gives an account of a profound understanding of the potential power of Photography. While the potential of some rely in the creation moment as news records, others belong to later publications and memories. The artist orchestrates texts and images in such a way that the viewers’ perceptions are captivated even when words seem to be -apparently- neutral. Yet, passionate and determined, Brodsky has no intentions of being himself neutral at all.
(…) In “1968: the Fire of Ideas” Brodsky features students demonstrations and relates events occurred in Argentina with social turmoil worldwide in the late 1960s: The U.S. protestors that participated in the Poor People’s s march in Washington, led by Martin Luther King a few months before his assassination; London protesters against the Vietnam War; Students and workers of Bogota, Mexico City, Cordoba, Rio de Janeiro and San Paulo, against the military regimes and other types of governmental structures. They are shown with interlocked arms, undulating flags and banners as they exercised a massive urban action to claim for their demands. The artworks also include excerpts of speeches by Martin Luther King, Che Guevara, Daniel Cohn Bendit, Herbert Marcuse, and Agustin Tosco, whose ideas and actions fueled many of the protestors.
A banner in the Parisian demonstration of the French March of 1968 cries out “L’imagination au pouvoir” (The imagination to the power). Rather than the call to “say the truth to the power” that was heard in other demonstrations of the era, the Parisians asked for the end of all limits, including the ones of the imagination.
Though, Brodsky is practical and direct. He doesn’t want to release the imagination from all restraints, but to empower its use against corrupt and brutal power. Whether he invites us to learn and to never forget past atrocities, he also urges us to honor righteous leaders and keep authorities under pressure until recent mass murders are solved and the responsibles – still unpunished – prosecuted.
Anne Tucker
Sobre la serie
Marcelo Brodsky, artista y activista de los derechos humanos, trabaja a partir de imágenes y documentos de eventos específicos para investigar problemáticas sociales, políticas e históricas mas amplias. Para hacer que los momentos elegidos y sus consecuencias sean accesibles al espectador, Brodsky aborda el medio fotográfico desde múltiples entradas. Constantemente su obra da cuenta de un profundo entendimiento del potencial poder de las fotografías, tanto algunas de ellas al momento de su creación como registros de noticas, como otras provenientes de subsecuentes publicaciones y memorias. El artista orquesta los textos con las imágenes de manera de dirigir la percepción de los espectadores incluso cuando las palabras parecieran ser aparentemente neutrales. Apasionado y determinado, Brodsky no tiene intenciones de ser neutral.
En “1968: El fuego de las ideas” Brodsky presenta movilizaciones estudiantiles y relaciona eventos sucedidos en Argentina con la turbulencia social en todo el mundo a finales de los años sesenta. Los manifestantes estadounidenses que participaron de la Marcha de los Pobres en Washington liderada por Martin Luther King unos meses antes de su asesinato; los manifestantes en Londres en contra de la Guerra de Vietnam; en Bogotá, México, Córdoba, Río de Janeiro y San Pablo, trabajadores y estudiantes haciendo campaña juntos, en contra de los regímenes militares y otros tipos de estructuras de gobierno. Se los muestra con brazos estrechados, con banderas ondulantes y pancartas, ejerciendo una acción urbana masiva para reclamar por sus demandas. Las obras también incluyen extractos de discursos de Martin Luther King, el Che Guevara, Daniel Cohn Bendit, Herbert Marcuse y Agustín Tosco, cuyas ideas y acciones nutrieron a muchos de los manifestantes.
En una pancarta de la manifestación del Mayo Francés de 1968 se muestra, el grito de “L’imagination au pouvoir” (la imaginación al poder). Más que un llamado a “decir la verdad al poder” que sonaba en otras manifestaciones de la época, los parisinos pedían por el fin de todos los límites, incluso en la imaginación.
Brodsky es pragmático y directo. No pretende liberar la imaginación de toda restricción, sino potenciar su uso contra el poder corrupto y brutal. Tanto si nos invita a aprender, y a no olvidar jamás las atrocidades del pasado, nos insta a honrar a los líderes justos y a mantener la presión sobre las autoridades hasta resolver y enjuiciar a los responsables de los más recientes asesinatos en masa, aún impunes.
Anne Tucker
Sobre la serie
El proyecto de Marcelo Brodsky ofrece una narrativa subjetiva en la que la fotografía actúa como memoria. Comprometido con la lucha por defender causas sociales estrictamente relacionadas con los derechos de la humanidad.
La fotografía en su obra es un testigo, una suerte de “servicio documental” al ser trabajadas combinando material de archivo y documentación que el artista inscribe sobre las imágenes condensando experiencias traumáticas, vestigios de vivencias ligadas al horror y el exilio. Marcas, notas, colores, el tono lacónico, archivístico, de la información alude al discurso impersonal de la historia; la caligrafía, desprolija y urgida, invaden las fotografías señalando, destacando, acentuando las faltas, los vacíos provocados por aquellos que ya no están, o los reclamos de una sociedad.
“…Las relaciones entre el arte y la violencia señalan el itinerario vital de una cultura diversa, rica y sorprendente, gestada por un país cuyo color y cuyo ritmo embelesan y encandilan. La paz soñada, imaginada y negociada es negada con cada nueva víctima. Los jóvenes ocupan las calles y resisten, aguantan y plantean preguntas sin respuesta a un aparato de poder soberbio que muestra sus rendijas.
Las fronteras, porosas, donde transitan las familias que fueron de un único país, son punto de fricción y de reencuentro. No hay diferencias reales, las familias son las mismas, siempre vivieron a ambos lados del borde. Los puentes al abrirse permiten el flujo natural de lo imparable…”
Marcelo Brodsky sobre Abrir los puentes & Paro Nacional, 2021
About the series
Brodsky’s Good Memory project is centered on Argentina’s Dirty War during which the state systematically tortured and executed thousand of its citizens, who became known as Los Desaparecidos (the disappeared). Led by General Jorge Rafael Videla, the military dictatorship took power in 1976 and maintained its oppressive rule until 1983. Returning from exile in Spain to his homeland at the age of forty, Brodsky used his family photograph as a starting point for a group of works that seek to communicate the trauma of his lived experience. The work 1st Year, 6th Division, 1967 is a large-scale reproduction of his own school class photograph taken at the Colegio Nacional de Buenos Aires in that year. On top of the photograph, Brodsky has inscribed marks and notes in bright colours detailing the fate of each of his classmates. While some had married or emigrated, a number had “disappeared”. The whole work of Marcelo Brodsky is crosswise by constitutive relations between the image and the word.
As Walter Benjamin observed, the photographic trace is opaque until its meaning is written, and this writing reveals the future of the (even sinister) past it had captured. The wider project where this work belongs to continues this process of reframing existing material. Other works from the series use snapshots from the artist’s family photo album to focus on his “disappeared” younger brother, Fernando, who was taken from his home in 1979, at the age of twenty-two. By pressing the past against the present, these works force the “ghostly” figures pictured to anticipate their own futures. By transposing familiar vernacular materials and personal testimony into the public sphere, he offers an opportunity for others to identify with, exploring the capacity of photography to provide a meditative space between collective histories and private memory.
Sobre la serie
Buena Memoria se centra en los tiempos de dictadura Argentina durante la cual el estado torturó y ejecutó sistemáticamente miles de ciudadanos, conocidos como los desaparecidos. Liderados por el general Jorge Rafael Videla, la dictadura militar tomó el poder en 1976 y mantuvo su gobierno opresivo hasta 1983. Al regresar de su exilio en España a su tierra natal a la edad de cuarenta años, Brodsky utilizó fotografías familiares como punto de partida para un cuerpo de obras que tratan de comunicar el trauma de la experiencia vivida. La obra 1er Año, 6ta División, 1967 es una reproducción a gran escala de una fotografía de su clase tomada en ese mismo año en el Colegio Nacional de Buenos Aires. En la superficie, Brodsky ha inscrito marcas y notas en colores brillantes que detallan el destino de sus compañeros de clase. Mientras que algunos se habían casado o emigrado, otros fueron “desaparecidos”. La obra entera de Marcelo Brodsky está atravesada por relaciones constitutivas entre la imagen y la palabra. En Buena Memoria el tono lacónico, archivístico, de la información alude al discurso impersonal de la historia; la caligrafía, desprolija y urgida, a la memoria, que solo puede revelarse en la presencia de un cuerpo.
Como observó Walter Benjamín, la huella fotográfica es opaca hasta que se escribe su sentido, y esta escritura revela el futuro (aún siniestro) del pasado que ella ha apresado. El proyecto más amplio al cual esta obra pertenece, continúa este proceso de reformulación de los materiales existentes. Otras obras de esta serie utilizan las instantáneas del álbum de fotos familiares del artista para centrarse en su hermano menor Fernando, desaparecido a la edad de veintidós años en 1979. Presionando el pasado contra el presente, estas obras de figuras “fantasmales” parecieran anticipar su propio futuro. Al trasponer materiales vernáculos familiares y el testimonio personal en la esfera pública, el artista otorga una oportunidad para que otros puedan identificarse y conmoverse, permitiendo la comprensión de sucesos lejanos. Brodsky explora la capacidad de la fotografía para proporcionar un espacio de meditación entre la memoria privada y las historias colectivas.
Sobre la serie
La atención sobre los derechos humanos, en cuya defensa Brodsky trabaja activamente, ha abierto nuevos caminos para el papel político y público de las artes visuales. Nexo – continuidad de su primer libro Buena Memoria- es un ensayo fotográfico que pretende formar parte de un diálogo abierto de voces y puntos de vista acerca de las prolongadas consecuencias que ha tenido el terrorismo de Estado y que combina de modo ecléctico la fotografía directa, la fotografía de archivo, textos, instalaciones, mármoles y video.
Gran parte de su nueva obra gira en torno de la memoria de los desaparecidos y vincula los efectos del terrorismo de Estado con el pasado, al ligarla al tropo del Holocausto y con el futuro, asociándola con episodios trágicos más próximos- el atentado a la Amia en 1994. Las obras de Nexo aluden más que a la memoria oficial, a la memoria vivida, localizada en cuerpos individuales, en su experiencia y en su dolor, comprometiendo a la vez la memoria colectiva, política o generacional.
Sobre la serie
“Manel fue mi maestro de fotografía durante mi exilio en Barcelona, a comienzos de los ochenta. Fue un modelo muy positivo y estimulante de producción visual, fiel a sus obsesiones, serio en el laboratorio, exigente y divertido, moderno y distante, por momentos, en otros amigo cercano, noctámbulo, fotógrafo de la noche, un tipo muy influyente en los fotógrafos de su generación. Manel se ocupó más de sus fotos que de promocionar su trabajo. Durante un tiempo estuvo haciendo fotografía de moda, y estuvo en parte alejado del circuito del arte, del que sin embargo es miembro pleno por su obra. Cuando viví en Madrid, no lo ví. Unos años después de regresar a Argentina, fui con Marcos y Res a Arles, en 1996 y lo ví. Tengo una foto de Julio Grimblatt que recoge el momento en que le muestro las primeras fotos de Buena Memoria, cuando aún no se había expuesto más que en el Colegio. Nos vimos, intercambiamos direcciones, un contacto.
En 2005 fui a presentar Memoria en Construcción en Barcelona y lo invité y nos vimos ya con más tiempo, y nos tomamos algo y nos contamos de la vida. Fue un encuentro muy lindo. Yo ya fotógrafo pleno, como él. Nos planteamos armar algo juntos, y fuimos pensando mostrar paralelamente fotos de nuestra obra hasta que llegamos a la conclusión que era mejor mostrar algo hecho ahora, y ahí fueron apareciendo las correspondencias como idea. Manel ya había tenido un diálogo de fotos por poemas con dos poetas catalanes, que habían participado de un reciente catálogo suyo. Ahí armamos la correspondencia, en la que llevamos casi dos años, y tenemos 34 fotos. La hemos mostrado primero en la sala Cruce de Madrid, luego en la galería VVV de Bs As y también en la galería Fidel Balaguer de Barcelona.”
Marcelo Brodsky
Sobre la serie
He coincidido en distintas oportunidades con Parr en mis viajes y visitas a NY y Londres. Me lo encontré una vez con Marcos L en Paris, en la librería de la Maison Europeene de la Photo. Pero una vez en NY le dí Buena Memoria, edición original, dedicado.
Tuvimos esporádicos encuentros. En un momento, me propuso a Phaidon para curador latinoamericano de BLINK, una seleccion de los mejores 100 fotografos del mundo. Fue una experiencia muy interesante y de resultado positivo, mi primera gran tarea como curador internacional. Mäs adelante, decidió incluir Buena Memoria en su Photo Book a HIstory. A partir de ahí la relación cambió y se hizo más horizontal. El me invitó, al elegir mi libro, a que así fuera.
Desde entonces nos vimos más, lo invitamos al Foro de Foto en Brasil y le fue muy bien, tenemos desde ahí un proyecto conjunto para editar la selección de los mejores libros de foto de la historia de América Latina. Fui con el curador español a visitar su increíble biblioteca en Bristol hace poco, pero poco antes lo invité a tener este diálogo, que pasó por momentos difíciles, de falta de convencimiento, pero que luego arrancó con todo y se fue desarrollando hacia un lenguaje cargado de humor e irónía, referencias cruzadas, coincidencias formales y temáticas, y un contrapunto más próximo que los otros a la fotografía de reportaje, un terreno en el que se siente cómodo, pero siempre con un “twist”.
Ultimamente su apoyo fue fundamental para que su agencia Magnum, firmase un contrato de representación latinoamericana con mi agencia, Latin Stock. La rispideces han quedado atrás, pero indican que somos bien diferentes, un británico puro y un judío argentino, dos mundos distintos, y un diálogo posible, que es el que más interesó mostrar a la galería AFA de Santiago, por su originalidad y carácter imprevisible. Este diálogo es el único en el que mi interlocutor tiró sólo de su archivo, aunque no yo.
Marcelo Brodsky
Sobre la serie
Somos amigos desde el Coloquio latinoamericano de Fotografía de Caracas en 1993. Allí apoyé de viva voz que se vieran sus fotos en una proyección, en la que estaban a punto de postergarse. NO, dije, a ver esto vinimos y lo queremos ver. Lo pusieron: Luego unos rones, y porros y visitas mutuas en México, y coincidencias en Brasil, España, foros… Nos caemos bien, somos amigos, y nos tenemos confianza. LO visité en su casa hace unos años, y ahora nos fuimos juntos a Acapulco con su familia ( recién ahora he conocido a la familia, el no conoce a la mía, ya que no vino a Bs As desde que vino al encuentro de La Plata en los ochenta).
Cuando en el Claustro de Sor Juana se interesaron por que invite a un fotógrafo mexicano a tener un diálogo para la muestra en el DF; pensé inmediatamente en él, que se interesó de inmediato en este juego ( como te dije el otro día la fotografía es un juego para adultos). Y el diálogo evolucionó con fluidez, con momentos de descanso, pero un acelerón final para llegar a la expo en el DF. El catálogo con Pablo será el primero que tiene forma de libro, y tiene un diseño muy interesante que hizo él, que mantendremos en la exposición. Visualmente, su producción reciente es escasa, y está más abocado a retocar las imágenes de sus producciones más conocidas. Es un obsesivo del libro de fotográfía, y un excelente editor. Actualmente le han encargado la coordinación de la creación de un nuevo museo del Cine mexicano, que está abordando con una propuesta descentralizada. Fue el creador de Luna Córnea y del Centro de la Imagen. Mäs allá de todo esto, queremos editar algunos libros juntos, y me enseño bastante photoshop en este último viaje. Sin embargo, mi propensión natural es a hacer nuevas fotos, no a meter horas en corregir las que hice, prefiero dar indicaciones a un operador, y salir a sacar otras fotos nuevas.
About the series
“I pray with my feet” is a triptych composed by three well-known images taken from the media and personal archives, dedicated to the memory of Marshall Meyer, the New York rabbi who lived in Argentina for 30 years and who brought the Conservative Movement, among other contributions in the human rights field. This work shows how the close connection of Rev. Luther King with Heschel, Meyer’s mentor, has a direct link between the Civil Rights movement of the United States of America and the Movement for Human Rights in Argentina. The connection of images, texts, people and symbols established by Marcelo Brodsky through his handwritten marks shows how the fight for human rights is integrated throughout the world, and specifically the connections between the ideas of King, Heschel and Meyer and how they are brought to Latin America. The first image is an intervention of the famous image of the walk from Selma to Alabama in 1965, in which Rabbi Abraham Joshua Heshcel marched along with Rev. Martin Luther King and other Human Rights leaders to fight for the political rights of African Americans. In this occasion is when Heschel said his memorable phrase “When I march next to Rev. King, I feel that I pray with my feet”. The second image shows Heschel and Rabbi Marshall Meyer studying in the Jewish Theological Seminary in Harlem, New York (at that time the first home of the Jewish Museum, NY) in the late fifties. This image was taken by Cornell Cappa, and it was lent for this project to the artist by the ICP, New York, which archives Cornell Cappa’s files. In the third image Marshall Meyer, a New Yorker from Brooklyn, is at a demonstration in Buenos Aires in 1984, immediately after the end of the Argentine dictatorship. In this event, a commemoration of the uprising of the Warsaw Ghetto, issues and images of the Shoah were shared in the square and discourses with images of ‘the disappeared’ from the Argentine dictatorship. Participants in all the events are identified with text interventions by the artist.
Sobre la serie
El proyecto de Marcelo Brodsky ofrece una narrativa subjetiva en la que la fotografía actúa como memoria. A menudo los artistas se apropian de imágenes públicas y las resignifican con un sello personal. Brodsky toma el camino contrario: se apodera de fotografías de álbumes privados y a través de la escritura de datos las inscribe como testimonios públicos. En su obra Mito fundacional (2014), Brodsky realiza un trabajo de resignificación de fotografías de archivo en el que cuestiona los modos de enunciación de la modernidad asociados a los mecanismos de control del Estado.
En el marco de una minuciosa investigación del artista en el archivo de fotografía de Londres especializado en conflictos contemporáneos (The Archive of Modern Conflict), Brodsky accede al álbum fotográfico personal de un teniente del ejército colombiano. El artista se sirve de este álbum que retrata una trayectoria vital y una experiencia militar personal y presenta las distintas etapas de la vida del oficial.
El tríptico contiene imágenes cosidas a mano sobre un mapa de América del Sur confeccionado en el siglo XVII. En 1628, toda la América del Sur hispana era la misma colonia. Tres paneles muestran etapas distintas en la vida del oficial, ilustradas con sus propias fotografías. La etapa de su formación militar en Colombia, la etapa de su participación con el Batallón Colombia en la Guerra de Corea junto al ejército de Estados Unidos y la etapa de su regreso a Colombia, donde fue uno de los jefes de la operación militar en Rio Chiquito, u Operación Marquetalia, una de cuyas consecuencias fue, según muchos expertos y académicos, la formación de las FARC.
La obra articula a partir de la idea de archivo, retomándolo y a la vez subvirtiendo su uso. La misma plantea conexiones, algunas inesperadas o poco conocidas, que hacen a la guerra civil colombiana, cuyo proceso de paz se encuentra en estado de avance. En un abordaje de los acontecimientos históricos relacionados, el artista releva un cuestionamiento sobre los orígenes del conflicto, y sostiene que la alternativa entre diálogo y represión ha sido la misma durante los 49 años en que se extienden los combates entre el gobierno colombiano y las FARC, desde que empezó el conflicto militar hasta las últimas elecciones presidenciales y el proceso negociador en La Habana.
Sobre la serie
Palabras fue la primera exposición que yo hice en Argentina después de regresar del exilio en Barcelona, donde mi hice fotógrafo. La primera exposición de mi vida fue un group show “Barcelona y el Rock” realizado con el grupo de fotógrafos que estudiábamos con Manel Esclusa. En esa exposición yo fotografié las leyendas que escribían en las paredes de Barcelona los distintos movimientos rockeros, rockers, mods, punks, etc. Ese trabajo fue en Blanco y Negro.
Al llegar a Argentina, decidí fotografiar en la línea de la palabra y la imagen, que era lo que me interesaba y lo que naturalmente estaba fotografiando. Estuve fotografiando dos años, en Barcelona, Buenos Aires, Estados Unidos y Brasil para este proyecto. Lo presenté a Oscar Pintor, que entonces dirigía el Fotoespacio en el Centro Cultural Recoleta, una de los primeros espacios públicos dedicados específicamente a la fotografía que hubo en Buenos Aires. Era una sala alargada del primer piso del Centro Cultural, y exponía autores jóvenes y consagrados. Entiendo que fue la principal actividad curatorial que hizo Oscar en su carrera. Yo no tenía aún muchos antecedentes, simplemente le gustó mucho el trabajo.
Fotografié obsesivamente con una Canon que entonces tenía, fundamentalmente diapositivas. La muestra se organizó en Octubre de 1986 en el Fotoespacio, hubo una buena inauguración, y contacté con La Azotea con la intención de hacer un libro. Ni La Azotea ni yo disponíamos de presupuesto para hacerlo, por lo que el proyecto se transformó en la edición de cuatro postales, las que te di en el estudio, mis primeras publicaciones fotográficas. Hasta entonces había publicado ya un libro, Parábola, en Barcelona en 1982, editado por La Lira Argentina. Parábola (un antecedente y un juego con Palabras) incluía entre sus poemas varios poemas visuales. Mi interés por la palabra fue, de alguna manera anterior o simultáneo con mi interés por la imagen. Mi primer libro y mi primera publicación creativa fue un libro de poemas ( yo relaciono la fotografía con la poesía, como sería el cine con la novela). Ese libro contenía varias poesías visuales, ejercicios de comunicación gráfica.
También había hecho anteriormente esos grandes paneles con textos e imágenes que te mostré en Buenos Aires, que tenían un objetivo puramente personal (carta de amor, reflexión entre amigos), pero que marcaron mucho el inicio de un estilo propio y un abordaje multidisciplinario from day one.
Palabras sintetiza esta experiencia en un conjunto de imágenes, unas 20 o 25, y se mostraron por primera vez en Recoleta. Más tarde se mostraron en una galería de Buenos Aires.
Mi idea respecto del trabajo visual es que todas las imágenes que he creado forman parte de mi trabajo y están prontas para resignificarse, reutilizarse y adquirir un nuevo sentido en un nuevo contexto visual y conceptual. Desde ese punto de partida, varias de las imágenes de Palabras fueron posteriormente parte de distintos proyectos. El díptico VER SOS o SOS VER es posterior a la creación de las imágenes, y es la primera obra que se incorporó a la colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. FAMILY HEROES es ciertamente una década posterior a las tomas que la hicieron posible, una en New England (Family) y otra en New York (Heroes), es el primer “memorial” que hice para recordar y homenajear a mi hermano, y fue expuesto por primera vez en septiembre de 1986 en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles de Coyoacán, México, durante el coloquio de fotografía latinoamericana, por invitación de Pedro Meyer ( esta muestra es anterior a Buena Memoria). Inmediatamente tras el regreso de México, en octubre, se hizo el acto de memoria en el Colegio para el que intervine la foto de la clase.
Marcelo Brodsky, Buenos Aires, agosto, 2014