This exhibition is the arrival point to our country, after its itinerancy in Boston and New York, of a set of archival images of several public and political manifestations that took place in 1968 around the world. Each photograph corresponds to different focal points of conflict that marked the becoming and constituted as turning points in history. On this archival material the artist re-reads and overwrites the images, by intervening them with his own handwriting marks, pointing out emblematic phrases from each place in their own language, looking forward to re-updating and weaving a whole new field of sense. These altered photographs are, at the same time, connected in space by marks and inscriptions thus building a network, an alternative political cartography. In this gesture of updating the historical event, by pressing the past against the present, these works offer the opportunity for others to identify with, exploring the capacity of photography to provide a mediative space between collective histories and private memory.
His intervention acts as Zeitgeist and is resolved in an installation comprised of images, sonorous pieces and marks on the walls. 1968: The fire of the ideas provides a subjective narrative in which photography acts as a memorial.
Esta muestra representa el punto de llegada a nuestro país, luego de su itinerancia por Boston y Nueva York, de un conjunto de imágenes de archivo de diferentes manifestaciones públicas y políticas que tuvieron lugar en el año 1968, de diferentes focos de conflicto que marcaron el devenir y se constituyeron como puntos de inflexión de la historia. Sobre este material de archivo el artista interviene las imágenes releyendo y sobreescribiendo, con su propia caligrafía, frases emblemáticas propias de cada lugar y en su propia lengua que reactualiza en el conjunto tejiendo un nuevo campo de sentido. Estas fotografías alteradas son a su vez, en el espacio, conectadas por marcas e inscripciones construyendo así una red, una cartografía política alternativa. En este gesto de actualización del suceso histórico, en un proceso de reformulación de materiales visuales existentes, Brodsky se apropia de ellos para presionar el pasado contra el presente ofreciendo al espectador la oportunidad para identificarse y conmoverse, permitiendo la comprensión de sucesos lejanos y la reactivación de la memoria. Su intervención actúa como Zeitgeist y se resuelve en una instalación comprendida por imágenes, piezas sonoras y marcas en los muros. 1968: El fuego de las ideas ofrece una narrativa subjetiva en la que la fotografía actúa como memoria.